Este libro tan “cuqui” es mucho más potente de lo que parece, planteando una forma visual de ver cómo las emociones básicas se expanden como galaxias formando universos.
Esa combinación de emociones con cosmología (soy una nerd de la astrofísica, aunque sea una patata en cuestión de números y fórmulas) me parece, cuanto menos, preciosa e inspiradora. Y muy acertada para adentrarse por primera vez en el mundo emocional.